Se trata de una filtración masiva, que a nivel global afectó a 533 millones de usuarios en 106 países. Entre la información hay contraseñas, documentos de identificación, relaciones personales y teléfono, entre otros datos.
El CEO de la red social más grande del mundo, Mark Zuckerberg, argumentó que buscan evitar las «incitaciones a una insurrección violenta» por parte del presidente estadounidense.